Carolina Rovere
¿Qué es lo imposible de soportar? Podemos decir que es
una situación vinculada a lo traumático, que produce un quiebre en nuestras
vidas, algo que irrumpe inesperadamente y cambia el curso de los hechos
cotidianos. ¿Y qué se hace con eso? Las
respuestas pueden ser variadas: deprimirse, salir corriendo, buscar tóxicos, refugiarse
en otros, pintar un cuadro, tirarse por la ventana, entre otras, pero también
ir a ver un analista.
Sophie Calle ha recibido una carta en donde un hombre la
deja. Ella no entiende el sentido, no la
puede interpretar, entonces busca a una amiga para que le dé una respuesta a
eso que no alcanza a comprender. Es así como a partir de esta idea le surge
realizar una obra, porque bien lo podemos llamar así: una obra de arte, que
consiste en pedir a ciento siete mujeres cuyos trabajos se relacionan con la interpretación:
filósofas, actrices, sociólogas, psicólogas, escritoras, entre otras que
habitan el mundo artístico, a decir algo sobre la carta[1].
Buscaba un sentido para aquello que se le aparecía como un sinsentido y la
había dejado en la perplejidad.
Muchas lecturas se han hecho de esta carta, cada una con
su estilo. Desde Victoria Abril que le contesta desde la cama y le dice a
través de una filmación: “espero que se te haya roto el amor de tanto usarlo”
hasta una lora que se come la carta y una tiradora que la agujerea con balas.
También opinan su madre: “comparto tu desilusión pero no sobredramaticemos”, y la autora de Una semana de vacaciones, Chirstine Angot: ”Si Sophie lo hubiera
amado tanto como decía no hubiera convocado a un escuadrón de mujeres para que
la ayuden a superarlo”[2].
Como vemos son variados los tonos y las voces de quienes opinan.
Pero quiero decir también algo de él, un hombre que tiene
muchas mujeres y ella que le dice: “no quiero ser la cuarta”, no quiero estar
en serie con otras. Él es un típico Don Juan que “necesita” de varias mujeres porque no
puede elegir Una. Como nos enseña Lacan, el mito de Don Juan es femenino,
consiste en el fantasma de creer que un hombre que colecciona mujeres vive en un
paraíso, esto es una gran equivocación. No obstante esta creencia despierta el
odio más descarnado en las mujeres que al darse cuenta que no son exclusivas
para estos hombres les desean el peor de los males.
¿Acaso piensan
que este hombre no vivía un calvario? Veamos que le dice:
“Creía que eso sería bastante, creía que el quererla
yo y el quererme usted bastaría para que la angustia que me empuja siempre a
buscar en otros lugares y me impide por siempre jamás estar tranquilo y ser
simplemente feliz y “generoso” se calmase con su presencia y con la
certeza de que el amor que me aportaba era lo más beneficioso para mí…. Pero
no. Me siento aún peor. No puedo ni decirle en qué estado me encuentro”
… “Me
hubiese gustado que las cosas fuesen de otro modo. Cuídese mucho.”
Y así termina. No quería que fuera así pero no puedo
evitarlo: quiero pero no puedo, entonces sufro. La miseria neurótica en
palabras de Freud.
Del lado de la artista, una vida variada y movida. Sabemos
por propios testimonios que comienza su vida artística sin quererlo, en un
momento en donde no se reconoce, ni reconoce su ciudad, es decir está
desorientada. Es así como empieza a seguir a hombres en la calle, a quienes
invita a dormir por ocho horas en su cama, sin importarle quienes eran. De esta
experiencia surgen fotos y una muestra de arte: Seguir al hombre, ¿será una orientación
por el falo allí donde no había nada que la oriente?
Pero como vemos, puede enamorarse y en ese instante y en otros también, por qué no, encontramos algo
que es típico en las mujeres: ser única. Hasta en esa experiencia con los hombres de la
calle en donde pareciera que no le
interesa nada ni nadie, ella busca ser única para cada hombre, porque decía que
tenía algo que las propias mujeres de
esos hombres no tenían, mirarlos por ocho horas cómo dormían. También logra esto
con el novio que la deja porque en la carta le escribe: “por
siempre, algo único”.
El arte
como respuesta frente a lo imposible es una interesante manera para el cuídese
mucho al no
quedar atrapada en una mortificación que acarrea un desasosiego infinito. Es
así como se puede transformar lo trágico
en otra cosa, en algo radicalmente Otro.
Un
análisis es un poco esto, con la diferencia
que el saldo artístico suele ser más bien privado, ya que no todos hemos sido tocados
por un talento como el de Sophie. De
todos modos ese saldo de arte, de creatividad que surge de la transformación de
lo imposible de soportar, también se expone, se transmite en el modo de vivir con
los otros.
Quiero hablar de un paso más: del pasaje de lo imposible de soportar a asumir lo imposible de escribir, o como dice Lacan la no relación sexual. Subjetivar lo imposible es una de las experiencias más importantes de un análisis, es el momento en que se puede reconocer con seguridad que “no hay”, pero para nadie. Estamos en un terreno femenino, en donde la dimensión del vacío se presenta con toda su fuerza y aparece ahí la chance para que la contingencia irrumpa en una Nueva escritura sinthomática.